martes, 13 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia

Mi confrontación con la docencia.

El relato comienza en la secundaria que fue el lugar en el que creo que nació mi inquietud por ser maestra. La figura del maestro para mí siempre fue de gran respeto por la sabiduría y cariño que manifestaban hacia nosotros sus alumnos. Lamentablemente las cosas no se dieron como las esperaba, pues al salir de la secundaria quería seguir la carrera magisterial, sin embargo en esa época se anexaban tres años mas de estudio de preparatoria y me pareció injusta tal medida. Así pues, estudié la preparatoria y de acuerdo con mis aptitudes decidí por la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva en la Universidad, concretamente en la ENEP Aragón.
Mis primeras clases las di a pequeñitos de pre escolar pues requerían una maestra de inglés en un instituto del Estado de México y la experiencia fue muy placentera pues los niños poseen una gran inteligencia y extrema sensibilidad a las situaciones que les rodean, esto me permitió una nueva búsqueda para continuar en la docencia.
Tiempo después, al egresar de la carrera se me presentó la oportunidad de ser Auxiliar de profesor en la misma ENEP Aragón, con lo que me enfrenté a alumnos que casi eran de mi edad y para quienes me tuve que preparar mejor de manera autodidacta en el área pedagógica. Aquí me di cuenta que quien crea que el ser profesor es fácil, está cometiendo un grave error. Pues en verdad debe existir una gran preparación para apoyar a todas las interrogantes y necesidades de los alumnos.
Una nueva oportunidad surgió en el sistema Conalep, ya que un profesor que impartía inglés, dejó su puesto y sus grupos en una situación muy comprometida por lo que urgía que se cubriera tal vacante, que yo aproveché. Ahí aprendí lo que era el compromiso, la responsabilidad, la actualización y que un maestro para poder serlo debe tener más que una carrera: debe tener amor por la docencia, entendiéndola como todo un proceso de planificación, aplicación de las más altas capacidades, de entrega, de investigación y renovación constante en todos los ámbitos de la vida.
Creo que el ser maestra ha sido satisfactorio pues me ha permitido estar a la vanguardia sobre nuevos conocimientos y formas para resolver no solo mi propia vida, sino la de aquellos que confían en mí como un apoyo. El dar clases me hace sentir plena, incluso en muchas ocasiones el agobio que se siente por algunas situaciones de vida, cesan al estar en contacto con tantos jóvenes llenos de ganas de vivir y de ser mejores. Como analogía lo puedo relacionar con los artistas, que pueden estar llorando por una pena profunda, pero al entrar al escenario se transforman completamente y nos brindan su mejor actuación.
Siento que mi papel es de alta responsabilidad, pues de las aulas que asistimos salen los y las jóvenes a formar parte de un futuro que tarde o temprano nos alcanza y nos cuestiona sobre nuestro quehacer y día con día al ver generaciones egresar nos preguntamos si en realidad dimos todo como profesores, para preparar a los alumnos no para utopías, sino para este cruel pero placentero mundo real.
Las satisfacciones saltan a la luz en diversas formas: cuando un alumno se te acerca para brindarte su confianza y solicitarte su apoyo, cuando después de haber impartido un semestre, te buscan y te dicen el típico ¡Maestra por qué no escogió a nuestro grupo otra vez!; pues con esto nos quieren decir que de alguna forma dejamos huella en ellos y aunque sea un poquito pero se llevan un semillita que a su vez dará frutos en breve. Sin embargo también queda el malestar sobre lo que se debió hacer en el aula y se quedó en el tintero por diversas razones, por ejemplo, que por estar tan inmiscuido en la consecución de objetivos y contenidos, dejaste a un lado la parte de las necesidades emotivas de los alumnos, que no tuviste un tiempo para analizar concretamente la situación familiar, económica, social o de salud de un alumno, que te pudo haber arrojado información importantísima para apoyarle de mejor manera en su aprovechamiento y la explotación de sus potenciales. Esto si que puede considerarse hasta frustrante.
En fin, me di cuenta que el ser maestro no es como todos creemos al principio: un trabajo que cualquiera puede hacer, es mucho más que ser lo que conocemos como todólogos: asesores, amigos, orientadores, consoladores, etc., la realidad es que la lista no pararía.

¡Compañeros mis respetos a todos ustedes por haber elegido ser maestros, más que por una paga, por la satisfacción de marcar la diferencia en nuestro país!

Mi aventura de ser docente

¿Cómo percibimos y valoramos nuestra tarea docente?

Pues mi ímpetu por la docencia nace en la secundaria, pues en aquella época el seguir la carrera magisterial solo requería el término de la secundaria para poder ingresar a la normal, así que lo percibía como una ventaja para trabajar rápidamente saliendo de este nivel educativo, además de que siempre admiré el trabajo de mis maestros, sobre todo de los del área del español que es la que imparto actualmente. Sin embargo exactamente cuando yo egresaba de la secundaria, se agregaron tres años de preparatoria después de ésta para poder ser maestra, entonces me dije ¡cómo voy a estudiar solo para maestra con tres años mas de preparación, si puedo tener una licenciatura en otra área y ser más que solo maestra.

Definitivamente estaba yo tan equivocada, pues la vocación es la vocación y te persigue hasta en tus más recónditos anhelos. Así pues al egresar de la carrera de Periodismo y Comunicación Colectiva, permanecí trabajando en la ENEP Aragón, ahora FES, como Auxiliar de profesor y ahí se despertó más mi deseo de formar parte del desarrollo y preparación de los estudiantes. Impartía la clase de Sociología de la comunicación y el desenvolverme ahí me hizo ver que el dar clases me llenaba de satisfacciones.

En esa ocasión entré al salón de clases, yo casi recién egresada de la carrera, y me topé con que en el grupo había un ex compañero que recursaba dicha asignatura por haberla reprobado en su momento y al ver que yo daba la clase, intentó ponerme mil zancadillas para evidenciar que yo era nueva en la actividad de la docencia. Recuerdo que salí airosa de su escrutinio y al salir me felicitó diciendo que efectivamente eso era para mí.

Mi inicio obviamente fue placentero y de ahí he tratado de proporcionar a mis alumnos aquello que considero que mientras yo lo disfrute y refleje una personalidad positiva, ellos sabrán aprovechar. Por lo pronto como docente intento establecer un lazo de comunicación con los alumnos en donde ellos me conozcan y a su vez tengan la confianza de acercase, esto con apoyo de una biografía que solicito de ellos al inicio de cada semestre y que yo les proporciono de mi misma. Esto ha sido significativo para ellos pues les hace ver que somos tan humanos como cualquiera y que también podemos tener penas y alegrías.

Sobre el cuestionamiento de qué considero que he dejado de hacer, puedo decir que muchas veces he olvidado acercarme para preguntar sobre las necesidades reales que tienen como alumnos, pues me he dejado llevar por la entrega puntual de calificaciones, más que por lo que el alumno está aprovechando de los módulos; no es justificación pero considero que causa de ello está determinado por el número de alumnos que llegamos a tener, pues uno que otro expresa sus necesidades y a los otros, a los reflexivos, a los que se acercan poco, los observamos pero pocas veces les explotamos el potencial.

Con respecto a las estrategias o materiales novedosos que he utilizado, han sido variados, entre ellos el uso de la computadora tanto para escribir información, como para investigar, enviar información y conocer gente para manifestación de las ideas, manejo de presentaciones para que por medio de la imagen asimilen contenidos; también recursos que muchos podrían llamar antiguos pero siguen siendo funcionales como las representaciones gráficas de lo contenido en textos, elaboración de historietas, expresión de obras literarias dramáticas por medio del performance (mejor conocida como representación teatral), y todo aquello que pueda apoyar para acercar un contenido al alumno. Los resultados han sido positivos, pues siempre el alumno valora lo que se va adquiriendo en las sesiones; se han de preguntar cómo es que los resultados me dejan una deducción tan positiva, y la respuesta es sencilla: el mismo alumno nos indica su gusto o disgusto con lo que hacemos en las sesiones; recordemos que en la actualidad los jóvenes estudiantes, ya no se guardan tanto sus pensamientos como lo hacíamos en otras épocas por temor al maestro.

Creo que errores en la docencia todos los hemos cometido, pues como bien sabemos muchos damos clases por vocación, sin tener una carrera normalista en donde nos indiquen como llegar incluso a la primer sesión que impartiremos, uno de ellos es cuando un alumno pregunta algo que desconocemos y en lugar de reconocer nuestra ignorancia, cubrimos esa deficiencia mandando al alumno a investigar como castigándolo por intentar exhibirnos ante el propio grupo; o cuando llegábamos a una clase sin haber planificado improvisando desde el inicio hasta el fin, así creo que puedo enunciar muchos errores, sin embargo lo importante es que hemos aprendido de ellos y los evitamos, por ejemplo mencionando los casos anteriores, preparándonos más con lecturas diversas y constantes, actualizándonos, y entendiendo que la planificación de una sesión es guía para el maestro y le orienta como si fuera un mapa en busca de un tesoro.

Por último con respecto a si considero haber cubierto las expectativas de mis alumnos cuando lo han requerido, podría contestar que de alguna forma sí, sin embargo los jóvenes con quienes trabajamos ahora, tienen una gran necesidad de apoyo personalizado, hasta me atrevería a decir que poseen una gran necesidad de atención y cariño; he intentado proporcionárselos, aun así la cantidad de alumnos y el tiempo que tenemos para satisfacer dichas necesidades entorpecen nuestra mejor intención de ayudar.

Podría seguir escribiendo páginas y páginas de lo que percibo en mí como docente, tanto bueno, como lo malo, imagino que al igual que sucede con todos mis compañeros, pero esta especialidad nos permitirá seguir vertiendo nuestras impresiones para nutrirnos de las experiencias de cada quien, por ello lo que puedo concluir es que sé que no soy la mejor de las maestras, pero sé que puedo mejorar y que la docencia es mi pasión; por ella estoy aquí elaborando ejercicios como este a las doce de la noche, mientras mis dos hijos y mi esposo descansan para iniciar un nuevo día de labores para mañana y como yo, tratar de ser los mejores en todo lo que realizan.

Gracias por lo que he leído de sus trabajos que me dejan ver que no estamos solos y que vale la pena el esfuerzo.

Los saberes de mis estudiantes

Los saberes de mis estudiantes
De acuerdo con lo expresado por mis estudiantes en el aula, los resultados obtenidos fueron los siguientes:
Lo que saben hacer en internet:
Sin duda saben disfrutar las cosas divertidas que internet les ha preparado como el crear una cuenta de correo electrónico, para recibir y enviar mensajes de diversa índole, e incluso participar el conversaciones de chat que pueden ser diálogos o conversaciones con más de dos personas para compartir experiencias personales.
Saben realizar investigaciones en los diversos buscadores para obtener la información requerida, así como consultar páginas diversas de su interés.
Pueden bajar música, videos y fotografías, ya sea para compartir por internet, o para llevar consigo en sus aparatos de reproducción de MP3, MP4, PSP y teléfonos celulares entre otros, incluso saben quemar discos de información, imágenes, videos y fotografías. También pueden subir, tanto como bajan, es decir, suben fotos, videos, información, presentaciones, etc.
Algunos saben crear música, videos, fotomontajes, entre otras aplicaciones de diseño.
¿Qué podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula?
Planificar actividades que se apeguen a nuestros resultados de aprendizaje deseables y que tengan un vínculo estrecho con los contenidos trabajados durante las sesiones, además proporcionando una valoración porcentual que motive al alumno mediante una aplicación contextualizada o real de sus aprendizajes. Por ejemplo: en el Módulo de Comunicación para la interacción social, existe un contenido que se refiere al diálogo y las conversaciones diversas, se puede fomentar la participación en equipos de 5 personas en donde se establezca la interacción sobre el conocimiento de datos generales de nuestros compañeros de equipo y posteriormente sostener una conversación durante 30 minutos en chat de la información resultante, cerrando la sesión con una conclusión y participándola en la sesión presencial en plenaria por medio de una mesa redonda sobre las formas conversacionales y su importancia en la carrera técnica que han elegido en el plantel. Sería una información rica en contenido y aplicabilidad.
¿Quiénes van a enseñar a quién y qué se enseñará?
Al tomar en consideración las características de nuestros alumnos y el acceso que tienen a la web, es factible que aquellos que poseen computadora y los recursos tecnológicos necesarios, o los que pueden acceder a internet sin perjudicar su bolsillo, pueden ser quienes enseñen a aquellos compañeros que carecen del recurso y por lo tanto carecen del conocimiento pues no tienen posibilidad de practicar, vívidamente, el ejercicio del manejo de las nuevas tecnologías. Lo que se enseñará sería primeramente el uso básico de la computadora, y posteriormente tareas que aunque a muchos pudieran parecerles simples, para una gran mayoría implican gran dificultad como: abrir una cuenta de correo electrónico gratuita, personalizar un perfil, actualizar datos, subir fotografías, chatear, y así incrementar la complejidad en el manejo de las TIC’s.
¿Dónde lo harán?
Se pueden buscar espacios escolares, pues de alguna u otra forma su institución siempre tiene la disposición de facilitar el recurso de la web, aunque no así de los insumos más costosos como impresiones, hojas, tintas, etc. Se podría propiciar la comunión de esfuerzos trabajando en los hogares de aquellos quienes disponen del recurso. Y como último instancia se podría manejar la posibilidad de acceder a los famosos y algunos económicos “Cafés internet”.

Al establecer esta percepción ya estamos manifestando el inicio de algunas estrategias probables en el manejo de las TIC’s y de estrategias de intervención en el aula que podrían ser efectivas y motivadoras en el aprendizaje de nuestros estudiantes.